LETRA Día Sexto - Tiempos de Cambio VII (Amapolas) LETRA

LETRA Día Sexto - Tiempos de Cambio VII (Amapolas) LETRA

Tiempos de Cambio VII (Amapolas) LETRA






Abrí los ojos en el mundo equivocado.

Lloraba con la rabia de quien no pidió nacer,

al otro lado confunden la vida con el pecado.

Y los milagros hay que registrarlos también en papel.

Escalofrío recorriendo mi espina dorsal.

Azul para el cielo,

amarillo el Sol,

turquesa para el mar.





En su cuello una cruz le otorgaba autoridad,

encarcelando a todo aquel que intentaba bailar un jazz.

¿Y qué quieres ser? ¿Un músico pidiendo en playas?

El silencio siempre fue mi gran virtud.

Les inquietaba mientras tarareaba

las notas de un blues sudaba.

"Joder, no quiero ser como tú", dije en su cara.

La sonata que volvió loco al pianista,





o la servidumbre implícita del miedo en las murallas.

La locura que cuestiona las aristas,

o la oscuridad amatista del que dispara balas a artistas.

Acabará siendo bandera, dijo.

Llevo observando la atmósfera desde que era un crío.

Espera (¡Espera!).

No es una carrera, es un paseo al río.

Llaman almas al vacío que no entienden, y sonrío.

El fuego sometido al imperio del frío.

Los ojos de vidrio,

el arte de amar de Ovidio.

Un queso con amigos,

dos litros de vino.

Ser testigo de un presente digno,

de escribirse el libro.






La balanza cargada solo hace a un lado,

el resto contrapeso como un beso equivocado.

La semilla siempre busca el prado.

Es complicado de explicar,

cuando el aire que expiráis reluce alquitranado, raro.

Las ganas de contarte lo que aun ni he visto,

los destinos aleatorios que no se han previsto,

como un malabarista de imprevistos,

bailando con algún grillo las canciones de su mejor disco.

Estrellas ligando con obeliscos,

la definición de riesgo, un asterisco,

el semen de Cristo.

El listo que tropieza en el azar,

el viento en contra de avanzar,

el litro a un euro en el bazar,

contradicciones de ser un adicto.

Lejos de Tiktok,

lo firmo con beatbox.

(Corre, que ha llegado el fucking big boss)

Cosmogonía celular,

una galaxia en un lunar,

un cactus solo en un glaciar,

doce pingüinos en Egipto.






Abrí los ojos de amapolas,

la brisa acariciaba la ansiedad de estar a solas.

Hay tristezas que no se controlan,

hambre en la cola,

violencia estructural congelada por una simple Kodak.

Y unas rosas manchadas de sangre de la boda.

Las estrellas eclipsadas por miles de modas.

Traficantes de geodas, aullidos de lobas.

Recuerdos que en alcobas a todas horas lloran.

¿Las aves soñarán con dominar las olas?

Para siempre, inacabados que al final se ignoran.

Abrazos tatuados al atardecer.

Como una peli de Nolan se inmolan para volver.

Y recordar los sueños desaparecidos,

buscando en otros ojos tus ojos dormidos.

Amor, birra y gemidos,

las ramas del nido,

tantas horas invertidas para ser inadvertido.

Te acostumbrarás al ruido,

te seduce por varios caminos emotivos,

apelando al instinto más primitivo

donde sacias con sustancias el vacío de este tiovivo.

Con cuidado, no despierte al asesino,

se asusta el vecino, que corta el tocino de otro ser divino.

Nadie sabe a qué ha venido ni cómo se ha ido.

Empiezo a pensar que quizás nunca haya existido. ¡Bienvenido!






Todos confundidos, la misma emisora.

Como caracoles creyendo ser caracolas.

Tanta geometría por quedarte en bolas,

que al final funciona,

como la coca una noche en Barcelona.

Cuántos besarán la lona,

como un idioma,

después de un perdona viene otro perdona con distinto croma.

Un domador de bromas rotas,

azotan bocas botas,

no más tropas locas, son masocas.

Suena Sara Socas.

(Sacarosa hasta en la sopa)

Voy viento en popa,

venga Jose, estopa?,

chupitos de copas

de Europa en la ropa.

No me despegué a la escoba,

no les des coba,

soy un carpintero en Gotham

que destroza todas tus estrofas.

No me tosas con tus cosas,

Amaia canta 'Rosas',

mi nombre por las baldosas.

Ya lo sé, suena preciosa.

Heridas se necrosan.

Bossa nova en prosa,

la lección valiosa es que a tu dios se lo cargó mi diosa.



Abrí los ojos muy cerca de la extinción,

conjugando verbos de sexta conjugación.

La situación parece irreversible,

el fuego es libre, elegante y temible.

"No hay lugar posible al que escapar", se dice.

El cielo oscurecido palidece al Sol,

las sombras se derriten como cuadros de Vicent van Gogh.

Tras el rugido aterrador el polvo entra al pulmón.

Azufre hasta en el corazón,

el suicidio es tan tentador que van

bailando con las llamaradas las

mil Valkyrias del titán.

Consuman su plan letal,

una tremenda combustión

de un avión en la ciudad.

Se parten por la mitad los edificios del calor,

el susurro ensordecedor del fuego al crepitar.

Están lloviendo a tu alrededor esquirlas de cristal.

Respirar es un error, cada paso arriesgar.

Los truenos, el caos exterior,

de las cenizas te alzarás quizás.

A pocos segundos segundos del final,

agarras mi mano al fin

mientras echas a bailar.

No me puedo resistir,

seducido por el vals

del apocalipsis fui

como un preso hasta alcanzar

tu pecho como un candil,

una luz atemporal,

como un frasco de Eärendil,

bálsamo de Fierabrás,

algún conjuro en latín,

restos de nave espacial

cayendo al metro de aquí,

gente muerta por allá, ¿y qué?

Si por fin me siento bien,

limpio, lejos de aquel baño tibio

solo existe el equilibrio,

y este baila como ???

como abeja y lirio,

como un pájaro testigo

de las ramas de su olivo.

Una sinfonía global de algún cantar que fue prohibido.

Versos libres de rimar que nunca se han escrito.

Algunos creen en falsos mitos, sin ningún reparo,

consumidos por el ruido que hacen sus disparos.



(La balanza cargada solo hace a un lado)

el resto contrapeso como un beso equivocado.

La semilla siempre busca el prado.

Es complicado de explicar,

cuando el aire que expiráis reluce alquitranado, raro.

Las ganas de contarte lo que aun ni he visto,

los destinos aleatorios que no se han previsto,

como un malabarista de imprevistos,

bailando con algún grillo las canciones de su mejor disco.

Estrellas ligando con obeliscos,

la definición de riesgo, un asterisco,

el semen de Cristo.

El listo que tropieza en el azar,

el viento en contra de avanzar,

el litro a un euro en el bazar,

contradicciones de ser un adicto.

Lejos de Tiktok,

lo firmo con beatbox.

(Corre, que ha llegado el fucking big boss)

Cosmogonía celular,

una galaxia en un lunar,

un cactus solo en un glaciar,

doce pingüinos en Egipto.



Todos confundidos, la misma emisora.

Como caracoles creyendo ser caracolas.

Tanta geometría por quedarte en bolas,

que al final funciona,

como la coca una noche en Barcelona.

Cuántos besarán la lona,

como un idioma,

después de un perdona viene otro perdona con distinto croma.

Un domador de bromas rotas,

azotan bocas botas,

no más tropas locas, son masocas.

Suena Sara Socas.

(Sacarosa hasta en la sopa)

Voy viento en popa,

venga Jose, estopa,

chupitos de copas

de Europa en la ropa.

No me despegué a la escoba,

no les des coba,

soy un carpintero en Gotham

que destroza todas tus estrofas.

No me tosas con tus cosas,

Amaia canta 'Rosas',

mi nombre por las baldosas.

Ya lo sé, suena preciosa.

Heridas se necrosan.

Bossa nova en prosa,

la lección valiosa es que a tu dios se lo cargó mi diosa.

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